sábado, 17 de noviembre de 2007

Guerra contra lo inesperado

En la última edición de Crypto-Gram, el boletín mensual sobre seguridad informática y de las otras, Bruce Schneier escribe sobre como la Guerra contra el Terrorismo se ha convertido en la Guerra contra lo Inesperado. Los efectos de este cambio de foco están a la vista: el hombre polaco que en Octubre pasó 10 horas tratando de juntarse con su madre que lo esperaba en el aeropuerto de Vancouver, hasta que cometió el crimen de perder la paciencia y murió al recibir un bastonazo eléctrico (Link); el hombre diabético que cayó en coma en un bus por un ataque de hipoglicemia, y al que la policía le aplicó el bastón eléctrico al ver que se negaba a reaccionar (Link); el hombre brasileño que recibió ocho balazos en la cabeza en el Metro de Londres, cuando la policía pensó que tenía algo que ver con los recientes intentos de poner una bomba en varias estaciones (Link); la estudiante de MIT que por llevar puesta una chaqueta con una instalación electrónica que había hecho, fue detenida por la policía en el aeropuerto de Boston por intentar entrar con una bomba falsa (Link); la alerta terrorista desatada en Boston por una campaña publicitaria de Cartoon Network, cuando la policía confundió con bombas los extraños dispositivos que encontró por toda la ciudad (Link, y uno de los extraños dispositivos es el que ilustra este post).

Recomiendo leer el artículo de Schneier (in inglés, mucho sorry), pero igual aquí traduzco el principio.

Hemos abierto un nuevo frente en la guerra contra el terrorismo. Es un ataque contra lo especial, lo poco ortodoxo, lo inesperado; es una guerra contra lo diferente. Si actúas diferente, puedes encontrarte de pronto investigado, interrogado, e incluso arrestado -- incluso si no hiciste nada incorrecto, ni tenías la intención de hacer nada incorrecto. El problema es una mezcla de ciudadanos informantes y la actitud CYA de la policía que resulta en reportes de amenaza que escalan sin sentido.

Este no es el modo en que se supone que funcione el contraterrorismo, pero está pasando en todos lados. Es el resultado de nuestra firme campaña para convencer a los ciudadanos comunes de que son ellos la primera linea de defensa contra el terrorismo. "Si ves algo, di algo" se lee en los avisos del Metro en New York. "Si sospechas algo, repórtalo" recomienda otra campaña en Manchester, UK (..) Autoridades de gobiernos desde el entonces abogado general John Ashcroft hasta el secretario de la DHS Michael Chertoff, e incluso el presidente Bush, nos han pedido a todos que reportemos cualquier actividad sospechosa.

El problema es que los ciudadanos comunes no saben que apariencia tiene una verdadera amenaza terrorista. No pueden reconocer la diferencia entre una bomba y un dispensador de cinta adhesiva, una etiqueta electrónica para maletas, un reproductor de CD, un detector de murciélagos o una escultura hecha con basura; menos la diferencia entre confabuladores terroristas y un imanes, músicos o arquitectos. Todo lo que saben es que algo los hace parecer perturbadores, generalmente en base al miedo, las exageraciones de los medios, o simplemente algo que es diferente.

Aún peor: después de que alguien reporta una "amenaza terrorista", el sistema completo inclina la balanza hacia el escalamiento y la política CYA, en vez de un tratamiento realista de la amenaza.

Veamos como ocurre. Alguien ve algo, así que dice algo. La persona a quien se lo dice -- un policía, un guardia de seguridad, una azafata -- se enfrenta ahora a una decisión: ignorarlo o escalarlo. Aún si piensa que es una falsa alarma, no le conviene mirar en menos la amenaza. Si se equivoca, podría costarle su carrera. En cambio si lo escala, se considerará que sólo estaba "haciendo su trabajo" y el costo lo asumirán otros. Por lo tanto, lo escala. Y las persona a quien se lo escala también lo escala, en una serie de decisiones CYA. Y antes de que nos demos cuenta, personas inocentes han sido arrestadas, aeropuertos han sido evacuados, y cientos de horas policiales han sido malgastadas.

Esta historia se ha repetido interminablemente, tanto en Estados Unidos como en otros paises. Alguien -- todo esto es real -- siente un olor extraño, o ve un polvo blanco, o a dos personas pasándose un sobre, o a un hombre de piel oscura dejando unas cajas, o un teléfono celular abandonado en un asiento de avión; la policía acordona el área, hace algunos arrestos y/o evacúa aviones; y al final se descubre que la causa de la alarma era un frasco con salsa picante Tailandesa, o harina, o una cuenta, o un profesor inglés reciclando, o un teléfono celular abandonado en un asiento de avión.

Link para seguir leyendo el artículo (in inglés)

N. del T. : CYA es una sigla para Cover Your Ass, o sea Cuidar Tu Culo. Escalar significa pasarle la denuncia a un superior

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