Siguiendo con el tema de la guerra contra lo inesperado, el Departamento de Seguridad Doméstica estadounidense, DHS, le ha pedido a los bomberos que aprovechen de mirar un poco en las casas y oficinas a las que entran a apagar incendios. El objetivo es usar la ventaja de que ya están ahí y nadie les va a pedir una orden judicial, para buscar cosas sospechosas: planos extraños, literatura anti-Estadounidense, material que pueda usarse para fabricar bombas, y así.
En todo caso, no es la primera vez que el DHS intenta esta estrategia de seguridad: ya le habían pedido algo similar a las personas encargadas de leer los medidores de los servicios básicos. La vida de los otros, pero además a cargo de imbéciles.
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lunes, 26 de noviembre de 2007
En llamas
Publicadas por L a la/s 12:04
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