domingo, 2 de septiembre de 2007

Reflejos

Iba a dejar un comentario en el post Por qué las raíces son cuadradas, pero después me pareció que ameritaba un post nuevo. No por la inmensa calidad del comentario, obviamente, si no sólo por su extensión.

Las famosas metáforas siempre me han parecido un excelente instrumento para medir fenómenos a lo largo del tiempo. Y con medir me refiero a registrar, constatar, documentar y a cualquier otra de esas palabras terminadas en ar. Hágase el siguiente y simple, aunque extenso, ejercicio. Primero, tome un primer objeto de estudio. Por ejemplo, puede ser un objeto material de uso cotidiano, digamos el tenedor. Luego investigue con el mayor detalle posible la historia del objeto: cuando se inventó, en que circunstancias y cuál o cuáles han sido sus usos a lo largo del tiempo y el espacio. Ya tenemos un primer ingrediente para nuestra receta. En el caso particular del tenedor, el siempre sabio Norbert Elias hizo buena parte del trabajo en El Proceso de la Civilización. Si toman otro objeto, puede que tengan que hacerlo todo ustedes mismos.

Tome un segundo objeto de estudio, esta vez un poco más abstracto. Por ejemplo, los derechos de la mujer. Hacemos la misma investigación, es decir investigar como han cambiado tanto en términos legales y sociales a lo largo del tiempo y el espacio. Ya tenemos nuestro segundo ingrediente.

Supongamos que encontramos la forma de graficar cada ingrediente. Probablemente sea una forma de multiples dimensiones y difícil de desplegar sobre un papel, pero para efectos de este ejercicio supongamos que lo hemos logrado. Ahora, y aquí viene el chiste, hagamos calzar ambos gráficos usando como referencia las coordenadas espaciales y temporales. Voila! Tenemos nuestro primer espejo, que nos permitirá ver las correlaciones entre uno y otro fenómeno. O, para usar el mismo lenguaje, ver a un fenómeno como metáfora de otro.Ya divagué en otro lado respecto a que todo tiene que ver con todo, así que no me parece aventurado postular que a los fenómenos reales la causalidad tradicional les queda chica.

Y así sucesivamente, construimos otros gráficos, los correlacionamos con los anteriores, y tenemos un juego de infinitos espejos que nos permitirían, al menos en teoría, visualizar un fenómeno a través de otro. Digamos, mirar como cambian las prendas de vestir para ver como cambian los derechos de la mujer, o mirar como cambia el consumo energético para ver como cambian los modos de cocinar, etc. Sabrán perdonar si no me explico bien: la idea está en pañales y todavía ni yo mismo la entiendo.

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