"Dime con quién andas y te diré quién eres" es un popular dicho o refrán cuyo significado no es difícil de comprender para el común de los mortales, pero "dime como eres y te diré en qué andas" puede resultar un poco más complejo de entender y ciertamente más polémico aún de aplicar.
Como se había prometido, he aquí una continuación de la saga Almanaque N°18 (1977), una práctica guía que facilita de manera formidable el detectar entre aquellos que nos rodean y se dicen nuestros amigos, seres con bajos sentimientos, impulsos reprochables e inclinación al delito.
Al poco andar se darán cuenta que unos pocos indicadores, de fácil observación en el rostro de una persona, pueden darnos concretas pistas de su verdadero carácter, y acercarnos a la personalidad oculta tras aquellos graciosos y encantadores modales.
¡Aquí no se salva ni Dios señores!, rasgos anatómicos se mezclan caprichosamente con juicios de valor lapidarios y cargados de desconfianza profunda hacia el prójimo.
Así que vamos poniendo ojo con aquel simpático chico bizco de risa estrepitosa, con la nariz chata, el pelo lacio y el mentón carnoso, pués podríamos estar junto al futuro Charles Manson chileno o tal vez el próximo Papa.
1 comentario:
Según el almanaque soy más feliz de lo que me merezco, tengo espíritu pacífico pero con tendencia a la violencia... increible....pero increible increible lo que podían llegar a ser las recetas para todo...
Publicar un comentario