¿Burocracia?

Me hago una auto bienvenida a este blog. Por razones académicas, monetarias, y de la vida cotidiana, no había tenido la oportunidad de revisar mi e-mail, por lo tanto me uno atrasadamente al colectivo.
Bien... antes de comenzar a angustiarme preguntándome si lo que escribiría sería lo suficientemente original e interesante (o muy interesante), me sumergí en una idea que les explayaré a continuación.

Burocracia en las compañías telefónicas.
Resulta que le he dado muchas vueltas al asunto. Y es realmente preocupante.
¿Cómo es que una compañía decide darle internet a una joven semi independiente, sin capacidad de ahorro, que vive irresponsablemente sola y que convive con un gato y una hermana que a veces, simplemente, no comen? Pues bien, cuesta. Pero no es imposible. Y no se confundan, que mis argumentos van dirigidos para lograr la entrega completamente irracional de cuentas telefónicas, de internet y cable, si es posible. ¡Basta de discriminación!
Resulta que no es mi culpa si mi cupo en CMR es de sólo 60 lucas, ni tampoco es mi culpa que la primera cuota de Ripley me la descuenten recién en octubre... Aquellos que han puesto en mis manos el poder del crédito, ahora son mirados en menos por aquellos que pondrán en mis manos el poder de internet y de todo lo que aquello conlleva: hoooras y hooooras conectada.

Pues bien, el primer paso es conseguir un vendedor sin escrúpulos. Alguien que admire la valentía de lanzarse al mundo sin mucha renta. O con nada de renta, más bien.
El segundo paso es invitarlo a tomar el té, mientras se le explica, con mucha parsimonia, que estudias tanto, y que los computadores de la U siempre se quedan pegados sin motivo alguno.
Entre el té y las galletas, se deja saber cuidadosamente, la falta de renta y la opción de hacer el contrato con aquella tarjeta de crédito que te embutieron a principios de semestre. Luego viene la mirada pillina del vendedor sin escrúpulos, y la famosa frase: "no importa, mijita... si igual se pueeeede".
Y listo. Ya estás inscrita en un mundo de números telefónicos y de cuentas de gmail, uploads de fotolog, flickr y otros varios... y tienes a tu disposición aquella red de redes que comenzó como el ARPAnet de los milicos norteamericanos, que tanto lucharon por tener sus nodos interconectados, fundando sin querer, lo que hoy conocemos como Internet.

Vivan los bits.